La comunicación es un elemento fundamental para las personas.
Cuando no existe discapacidad auditiva, las personas oyentes se comunican a través del lenguaje verbal: palabras que se pronuncian para que los demás puedan oirlas, entenderlas y participar en la conversación si fuera necesario.
Pero, ¿qué pasa con las personas sordas o con problemas auditivos severos?
En estos casos, para mantener una comunicación bidireccional el uso del lenguaje hablado está descartado por razones obvias.
Las personas con discapacidades auditivas utilizan la denominada Lengua De Signos: una forma de comunicación visual y gestual que en lugar de utilizar palabras habladas y sonidos, utiliza movimientos de las manos, expresiones faciales y gestos corporales para transmitir información y expresarse.
Al igual que el lenguaje hablado, la lengua de signos no es universal sino que existen diferentes en todo el mundo, cada una con su propio conjunto de reglas gramaticales y vocabulario.
En este caso, lo importante no es la pronunciación de las palabras sino los gestos: una perfecta sincronía entre signos realizados con las manos, expresiones faciales y movimientos del cuerpo.
Las expresiones de la cara añaden matices de significado, como puede ser el tono emocional, la intensidad o el énfasis. Mientras que los movimientos corporales y la postura contribuyen también a la claridad de la comunicación.
La importancia de la Lengua de Signos radica en su labor inclusiva para aquellas personas con discapacidades auditivas, ayuda a romper barreras de comunicación y a participar plenamente en todos los aspectos de la vida en la sociedad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, para ayudar a sensibilizar y aumentar la conciencia pública sobre este tema, en 2018 declaró el 23 de Septiembre como el Día Internacional de la Lengua de Señas.
En OM Centros Auditivos buscamos mejorar la salud auditiva de nuestros pacientes, que se sientan de nuevo parte de su entorno, conectados con todo aquello que les rodea.
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