La pandemia que vivimos durante el 2020 nos empujó a adaptarnos de manera imprevista a la situación de tener que realizar nuestro trabajo desde la comodidad del hogar. El teletrabajo aprovecha las nuevas tecnologías para facilitar procesos y dar la capacidad de cooperar en remoto.
Simplemente con un ordenador y una buena conexión a internet es suficiente para desempeñarnos en nuestras tareas. Lo que nadie nos explicó es que esto puede traer consecuencias para nuestros oídos.
Para poder comunicarnos con nuestros compañeros se realizan reuniones virtuales en las que habitualmente utilizamos auriculares para aislarnos del ruido exterior. Estas reuniones se pueden alargar a varias horas y al estar en casa no siempre conseguimos el ambiente sonoro más propicio, por lo que tendemos a subir el volumen por encima de lo aconsejable.
¿Qué origina esta situación?
Sobreexposición a un sonido elevado de manera prolongada, lo que puede provocar fatiga auditiva e incluso acúfenos.
La fatiga auditiva es una disminución temporal de la capacidad de audición, debido a esa exposición sonora de manera continuada.
Y los acúfenos (o tinnitus) también son un síntoma de la sobrecarga sonora, se describen como pitidos que percibimos que no provienen de ninguna fuente de sonido externa. Suelen ser transitorios y de poca importancia pero si se vuelven más continuos o más sonoros pueden ser muy molestos.
¿Qué podemos hacer?
Debemos tomar precaución y limitar el volumen que utilizamos durante las reuniones. Intentar no superar más del 60% de la capacidad de sonido del dispositivo, lo que equivale a no más de 50-60 decibelios.
Desde Centros Auditivos OM queremos concienciar de la importancia del cuidado de la salud auditiva. De esta manera prevenir al máximo el deterioro auditivo.